¿Cuantas veces hemos querido pedir perdón y no nos hemos atrevido o
sencillamente nuestro orgullo nos ha impedido dar el paso que nos
acerque a esa persona a la que hemos hecho daño?.
Este semana he regresado una tarde más al módulo de las mujeres en el Centro Penitenciario donde vengo colaborando a través de la ONG desde hace ya demasiado tiempo, tanto que he perdido la cuenta de las tardes que llevo compartiendo mi sonrisa con las personas que tras los muros cumplen condena.
Este semana he regresado una tarde más al módulo de las mujeres en el Centro Penitenciario donde vengo colaborando a través de la ONG desde hace ya demasiado tiempo, tanto que he perdido la cuenta de las tardes que llevo compartiendo mi sonrisa con las personas que tras los muros cumplen condena.
En esta ocasión he querido hacer algo especial y diferente así que
además de juegos grupales que resultaron más que divertidos y toda una
locura... os aseguro que lo que pueda parecer un sencillo juego: El de
las sillas ... Allí es como preparar un máster ... ¡¡¡qué locura!!!! cada
una a su rollo y cada cual con sus normas.. pero al final salió y sirvió para
disfrutar de una tarde donde la sornisa y la risa se palpaban en cada rincón del módulo ...
Pues bien, además de
estos divertidos juegos he querido en la parte final centrar nuestra
clase en DESTACAR la importancia de pronunciar tantas veces como fuese necesesario una palabra que parece que a medida pasa el tiempo se va perdiendo poco a poco entre los que habitamos
en este más que complejo mundo.
PERDÓN
Y así fue .... entregué un folio con esa palabra ecrita
a cada una de las internas mientras le hacía dos sencillas preguntas:
¿A quién le pedirías perdón de tus compañeras? ¿y por qué?
Está claro que fuera de prisión todas tenían al menos un motivo para pedir perdón pero sorprendentamente todas aunque deseaban pronunciar esa palabra mágica, todas o casi todas afirmaban con rotundidad que NUNCA LO PEDÍAN porque como ellas mismas me decían.. ¿para qué si total no me van a perdonar....? me sentiré peor así que no lo pido y punto. Pero insití tanto que al final conseguí que fueran saliendo de una en una al centro del círculo que habíamos hecho para decir en alta el nombre de la compañera a la que había hecho daño y el motivo que le llevó a ello ....
¿A quién le pedirías perdón de tus compañeras? ¿y por qué?
Está claro que fuera de prisión todas tenían al menos un motivo para pedir perdón pero sorprendentamente todas aunque deseaban pronunciar esa palabra mágica, todas o casi todas afirmaban con rotundidad que NUNCA LO PEDÍAN porque como ellas mismas me decían.. ¿para qué si total no me van a perdonar....? me sentiré peor así que no lo pido y punto. Pero insití tanto que al final conseguí que fueran saliendo de una en una al centro del círculo que habíamos hecho para decir en alta el nombre de la compañera a la que había hecho daño y el motivo que le llevó a ello ....
Una a una fueron abriendo su corazón y tras pedir PERDÓN y recibirlo por parte de su compañera,
ambas se fundían con un gran abrazo mientras el resto de las internas
y una servidora aplaudíamos mientras sonreíamos .....
Os puedo asegurar que emociona ver como personas que no estando habituadas precisamente a pedir PERDÓN lo hicieron y de manera espontánea y sincera ante sus compañeras.
Momentos como éste hacen que merezca la pena seguir trabajando y luchando por la reinserción social ...
Mientras exista una mínima esperanza de que podemos colaborar para hacer un mundo un poco mejor allí estaré para aportar mi pequeño granito de arena.
Mucho tiempo "entre rejas" colaborando de manera gustosa que
hacen que cada día crezca un poco más como persona....
Como dice Prince Royce en su canción: " ... Y son las cosas pequeñas...."
Como dice Prince Royce en su canción: " ... Y son las cosas pequeñas...."
Un beso y una sonrisa,
Beli
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